Es Octubre, y hace pocos días se cumplió un año de la profundización del genocidio al pueblo palestino por parte del Estado de Israel. Insistimos en la palabra profundización, porque el despojo de las tierras y vidas palestinas se lleva a cabo desde hace por lo menos 76 años de manera “oficial” a partir de que el sionismo en complicidad con la Naciones Unidas empezó con su limpieza étnica meticulosamente preparada. Aunque infantilmente acusadxs de antisemitas, lxs judíxs en el mundo entero nos hemos pronunciado fervorosamente en contra del aniquilamiento de millones de civiles llevado adelante por el gobierno de ultraderecha sionista, clamando ¡no en nuestro nombre!
Aunque para muchxs “el conflicto” parezca algo lejano, es bueno subrayar por qué en Argentina nos importa: porque tenemos un presidente de ultraderecha abiertamente aliado con el gobierno israelí, porque Mekorot, la misma empresa israelí que despoja del agua a lxs palestinxs realizó acuerdos con más de diez provincias durante el 2023 viniendo a “solucionar la sequía” privatizando nuestras aguas y despojando a las comunidades que luchan por ella, porque las tácticas y equipamento represivo de nuestras fuerzas armadas fue en parte comprado a Israel bajo los gobiernos de todos los colores políticos, porque existe una comunidad judía que llegó a estas tierras huyendo del holocausto que se opone, porque existe una comunidad árabe que tiene memoria.
En Palestina, el despojo de la tierra y de la vida está inexorablemente ligado al despojo de sus archivos, destruidos o secuestrados por el Estado israelí a lo largo de todas estas décadas de ocupación. La escritora, investigadora, cineasta y curadora israelí Ariella Azoulay describe, en su libro Historia potencial, el modo en el cual se encuentran archivadas fotografías de distintos operativos de ocupación de tierras palestinas. La relación entre el encuadre y los pies de página revela que aquello que se querría hacer pasar por información objetiva, es en realidad la operación de una mirada colonizadora. Una fotografía que es descripta como “Ciudadanos árabes cosechando el campo, miembros de la Haganah montan guardia sobre ellos.” encuadra, efectivamente, a un grupo de hombres inclinándose sobre la tierra, en una pose muy parecida al cuadro de Millet, Los Espigadores (1857). Pero Azoulay señala que los elementos presentes en la imagen son suficientes para refutar la descripción: los soldados que montan guardia se tapan la nariz y la boca afectadas por un poderoso hedor, con un pedazo de tela blanca. Atrás, el campo no parece cultivado. Estos indicios, sumado al año, hace demasiado probable que los árabes estuvieran enterrando a sus propios compatriotas en fosas comunes, amenazados por los soldados a sus espaldas.
A principios de este año, la revista Bache publicó una interesante nota en dos partes, escrita por Javier González Tuñón. “Los archivos perdidos del cine palestino” que nos revela el origen de la fotografía y el cine hecho en Palestina, contando a su vez la historia de la Unidad de Film Palestina, fundada a fines de la década del ‘60 como el brazo cinematográfico de la OLP. El acto de fotografiar, para ellos, era en sí mismo un acto revolucionario. Cada imagen hecha por un palestino, como una resistencia a su desaparición. Durante los años ‘70 cambiaron su nombre a Instituto de Cine Palestino (ICP) y consiguieron un cuarto de edición y un laboratorio propios. Pero en 1982, con el éxodo palestino, sus miembros tuvieron que dispersar sus materiales para salvarlos de las bombas israelíes. A partir del bombardeo a Beirut de 1986, todo el material en bruto desapareció. Investigaciones recientes llevadas adelante por la cineasta israelí Rona Sela confirman la hipótesis original: la mayor parte del material permanece entre la gran cantidad “resguardada” por el Archivo de las Fuerzas de Defensa de Israel, que se niega a desclasificar. En su propio catálogo escriben: “puede dañar seriamente la seguridad estatal, la relaciones exteriores o el derecho a la privacidad.”
La determinación de hacer imágenes cuando tu pueblo ha sido despojado de ese derecho, cuando una parte del mundo dice que no existís; la valentía de guardar y migrar esas imágenes en medio de las bombas, el cuidado y el rigor de otrxs que recuperan lo que se daba por perdido. El retorno a una Palestina libre, un sueño colectivo sin fronteras. Estos son los ejes que atraviesan los trabajos que queremos compartir hoy: un largometraje, un mediometraje y tres cortometrajes.
Veamos, compartamos y difundamos el cine palestino arrancado a las garras sionistas.
Sigamos insistiendo en un contundente NO al genocidio, cese al fuego y derecho al retorno.
¡Desde el río hasta el mar, queremos Palestina libre!
Un largometraje sobre la recuperación de archivos: “AK Restoring Solidarity” de Mohanad Yaqubi (2022)
La historia de los movimientos de izquierda japoneses que se aliaron con Palestina en la década del `80, y el rescate de un archivo militante en 16mm que llevan adelante activistas y archivistas que prolongan el gesto de solidaridad e identificación.
Un cortometraje de la Unidad de Film Palestina: “They do not exist” de Mustafa Abu Ali (1974)
Subtitulado por Cineclub R.A.T.A. para la proyección “La fuerza de la tierra” realizada en marzo de 2024 en la Biblioteca Incendiaria en Saavedra.
Estos cortometrajes fueron liberados para ser vistos y oídos el 7 de octubre por R.A.T.A. aquí.
Mujeres palestinas al poder: Heiny Srour, Mona Hatoum y Basma Al Sharif
Elegimos una película de cada generación de mujeres cineastas de medio oriente: cine de guerrilla, performances radicales y experimentación visual por la autodeterminación de lxs palestinxs, la denuncia a las masacres y el derecho al retorno.
Heiny Srour (Líbano): La hora de la liberación ha llegado (1974)
Mona Hatoum (Líbano): So much I want to say y The negotiating table (1983)
Ver y escuchar aquí y aquí.
Basma AlSharif (Kuwait): Farther than the eye can see
Ver y escuchar aquí.
Un ejercicio: ¿qué películas palestinas conocés? ¿qué archivos migrantes, supervivienes, reinventados conocés?
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Noticias frescas: ¡ver y poder viaja a Berlín este Noviembre con un taller de archivo!
TODA LA MEMORIA DEL MUNDO
Un taller para activar archivos o desarchivar memorias a través del cine
x Azul Aizenberg en Bartleby & co.
Si sos de allí, te esperamos con ansias; y si conocés personas en Berlín a quienes les pueda interesar, agradecemos mucho que corras la voz :)